jueves, 4 de noviembre de 2010

TU CARTA FALSA




Disculpa que me permita hablarte así, en tono malicioso pudiendo caer en lo altanero; pero de verdad no puedo pasar por alto todo ese montón de cosas que parecen no dejar de moverse en la cabeza.

No veas esto último como simple recurso, puesto aquí para el edulcoramiento de estas maneras ridículas que tengo de expresar lo que siento, te pido que no las veas como un revés del verbo, porque literalmente lo que siento sólo puede ser escrito de la siguiente manera:

Últimamente las ideas que tengo parecen simples lombrices de tierra: pegajosas, repulsivas en contoneo incansable. Allí, en una capa densa pero al mismo tiempo superficial, las desgraciadas criaturas parecen aguardar el comienzo de uno de esos diluvios tropicales muy abundantes... que no faltan en por estos meridianos.

 Las babosas ideas danzan en la oscuridad dispuestas a esperar el fenómeno externo o morir con las ganas de alguna vez haber salido.

Muchas de esas ideas te involucran a ti, por eso me permito, disculpa el atrevimiento, contarte toda esta suerte de intimidades que deseo conozcas. Reflexionando lo que eres,  lo que soy, lo que somos, caí en cuenta que es mejor dejarte a un lado. Tú dirás que no importa, y yo no lo dudo, pero al menos permíteme explicarte el por qué.

Nos conocimos de la manera más ordinaria, en un contexto quizás vulgar para lo que aparentamos ser ante los demás, tú eras todo lo que yo aspiraba y en muchos casos sigo queriendo, esa figura etérea, ese ideal griego-imposible de lo divino, sin duda estabas a un nivel superior, o al menos eso aparentabas.

Me cansé, como de tantas otras cosas, de ti. Del desplante, del desprecio (el desprecio es el motor de tantas batallas), de tu risita, de tu puñalada trapera, de tanto dar por nada.

Me olvidé de lo que era y lo que quería, tu sueño era el mío. Incluso cuando te trasnochabas por otros, yo lo pasaba en vela soñando por ti. Vine a darme cuenta de tu negra influencia, quizás demasiado tarde. Ya te habías llevado mis frases, mi escaso talento y el débil concepto que tenía de mi mismo. No tardaste en identificar un nuevo grupo que te acogiera y en ese encanto desfachatado tan tuyo, no sólo les inculcaste tus hábitos, sino el gusto (mi gusto) por lo bueno, lo fino, el "happening" como solía yo decirle (hasta esa palabra te llevaste...).

Finalmente llovió, las criaturas salieron, incluso con las deficiencias propias de los organismos que pasan demasiado tiempo en su matriz , pero en verdad agradezco hayan salido finalmente las lombrices.

¡Tú!, si, ¡tú!. A ti no te miento, es incapaz mentirle a alguien que lo sabe todo de uno y que viéndome lánguido, aún utilizó ese conocimiento en mi contra. Así en estas líneas, llenas de ese desprecio que te resbala, que más bien te suena a comedia, espero nunca encuentres a alguien compuesto de tu mismo elemento frío, acomodadizo y eternamente falso.

Sin emoción

Señor Preludio.


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ACOTACIÓN1: Lo anterior, resulta de un ejercicio epistolar que me asignaron, como han de saber estudiamos diversos movimientos literarios, yo escogí el romanticismo. Quizás esto carezca de descripciones excesivas de ambientes y espiritualidad. Pero condensa esa sentir patético-cursilón que todos tenemos.

ACOTACIÓN2: La carta no está dirigida a alguien en especial, pudiera ser una persona, pero la hice pensando más en esas cosas que no nos gustan de nosotros mismos (ego). Ustedes pueden sustituir el receptor de esta carta por cualquier cosa y creo que más o menos coincidirá.



Photo: Warhol's Muhammed Ali (btw this portrait was stolen)

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