jueves, 25 de marzo de 2010

Corotos Culin' 2

COROTOS CALIENTES BY EL BAÚL DE LULÚ


CRÓNICAS DEL PRELUDIO

La primavera llegó, así sin darnos cuenta, suena absurdo lo se; pero es que en un país de clima tropical en donde la temperatura no varía a lo largo del año, existe gente que es capaz de percibir los cambios de estaciones, entre ellos, yo.

Fue un domingo, el sol imponente parecía saludar en un abrazo demasiado fuerte a los que allí se dieron cita, en la Sadel, para revivir un mercado de pulgas que ya tiene nombre y fama, tras solo una edición. Nuevamente los colores, las texturas y las esencias de lo que ya tiene una vida, se conjugaron bajo las carpas blancas en una concurrida exhibición, con el único fin de una segunda oportunidad.

La gente llego super-temprano, creo que esta vez muchos se resistían a partir a sus hogares sin un coroto en la mano, y con más puestos, propuestas y gente que la vez anterior, las posibilidades aumentaban.

A parte de la gente que uno acostumbra a ver en estos eventos ( normalmente conocidos que comparten la misma afinidad por las contadas propuestas innovadoras que aquí se realizan)

Me acompañaron dos invitadas tan "cul" como el evento mismo, y una de ellas se atrevió al reto: dejarme plasmar en qué consiste una "jurungadera de coroto" tradicional, una actividad que por más horrible que suene, estimula todos los sentidos, juega con nuestros instintos más básicos de trueque y transacción y desarrolla algo tan poco común en Caracas, el Regateo, a menos que se trate(!) de un mercado de "economistas" informales...

AQUÍ LOS SUCESOS


Daniella es una de esas personas a las que me encanta etiquetar como una digna representante del Q.R. (!Qué Rayos!) . ¡Sí vale!, de seguro tú debes saber de qué se trata. Son personajes bien definidos, poco comunes, que se caracterizan porque se "caracterizan" (no temen vestir, ser o actuar) por lo que sólo dices: !Qué Rayos!... y sigues caminando.

El caso es que con ella y con Hazel, pude presenciar y sintetizar en qué consiste la actividad pulguera:

1° Recorres todo el mercado, no dejas ni un solo spot por ver, saboreas todo. Si aún no sabes qué comprarás al menos debes verificar que tienes todos los ingredientes, para luego decidir cuál elegir.

2° Una vez que te decides, y seleccionas que vas a "cazar" focalizas todas tus miradas, en lo similar, en lo opcional y finalmente en lo que quieres comprar.

3° Daniella quiere una camisa a rayas, suelta, ligera y fresca que quede lo suficientemente ancha para ser considerada una "myboy's shirt" ("la camisa de mi chico").

4° Ve, pregunta y cuestiona todo lo que allí se ofrece. No temas preguntar el precio, la antigüedad o la procedencia. Pruébatelo, si puedes, y recuerda que no existe "el cambio".

5° Finalmente llega el momento del pago, y por tratarse, en su mayoría de gente que no vive solamente del negocio de la venta de este tipo de artículos, existe el intercambio amable y respetuoso basado en argumentos. Busca un precio de al menos 5 o 10 BsF (por debajo) si se trata de accesorios, de entre 10 y 20 BsF si es ropa y lo que consideres verdaderamente prudente en otro tipo de artículos.

OJO: Hay personas y productos que no aceptan este tipo de rebaja y debes respetarlo, si lo consideras muy caro, déjalo y busca en otros sitios, si no lo tienes al final del día, recuerda que algunas veces no tenemos lo que queremos y en eso consiste la actividad del mercado de pulgas; una mezcla de azar, oportunidad y posibilidad, lo que hace de cada pieza allí vendida algo único y poseedora de un alma que jamás lograría siendo un producto nuevo.

FINALMENTE Daniella vio algo que le gustó, no es de rayas, sino más bien de tartán (mejor aun), perteneciente a un perchero bajo el nombre Caléndula atendido por una amable amiga, que le permitió a la Q.R. probársela, decidir y finalmente comprar. La ropa de Caléndula se adaptaba al tipo de vestimentas que Q.R normalmente mezclaría, retorcería y exprimiría, por lo que sólo me tocó a mi concluir que los mercados de pulgas ofrecen una oportunidad a todo y a todos...



Me encantaría una última cosa de todo esto: la permanencia, la oportunidad de que éste tipo de actividad pulguera se desarrollara al menos una vez por mes, haciendo de esto, algo más normal y regular. Pudiendo representar una opción segura al momento de buscar lo extraordinario, incluso si eso convirtiera al mercado en algo ordinario como ya lo es en grandes urbes internacionales como en El Rastro - Madrid; Marché aux Puces - París; el de Portobello en Londres....





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