lunes, 9 de agosto de 2010

A-TÍPICO VERANEO


































Me tomé otra de esas pausas demasiado extendidas y finalmente tuve mis tres o cuatro días de verano...

Pude darme cuenta de que mi vida gira en torno a una gran carencia de saciedad.

Recuerdo perfectamente cuando hace algún tiempo sólo hablaba de la música y la ropa que usaría para esta época del año, de hecho recuerdo clarísimo todos los #MusicMondays en los que hice que mi amiga (selector), dedicara sus vastos conocimientos para armonizar todo este espacio con la fugacidad e intensidad de los días de verano.

Todos necesitan recargar una batería que no acepta ningún tipo de enchufe disponible en la ciudad, hablo de la necesidad de reconectarse con la naturaleza a través de un viaje o una experiencia de introspección; poder analizar todas las cosas que se han hecho, las que se están haciendo y las que nos esperan.

Casualmente mucha gente toma el verano como excusa para venir en otoño renovado... Y es que eso forma parte del invierno, la renovación total, desnudarnos completamente para luego volver a usar nuevos vestidos y nuevas combinaciones. Otra amiga dice que soy la típica victima de la ciudad y que si fuera mujer sería de las que empacan secador de cabello para ir a la Gran Sabana, pero esta vez fue distinto...

Este año fue atípico, y no me vayan a decir que no: cerré un importante capítulo de mi vida, y con él todas las cosas que no me gustaban de ese libro y es que quizás por esto, es que mi veraneo también fue atípico. Para empezar, no fui al balneario al que siempre voy, con esto aprendí que existe un mundo de posibilidades, no solamente fuera de Venezuela, y que Arianna Arteaga, no está tan loca como yo creía. Cada pueblito de la costa en este país fue único y la gente tan amable, algo tan raro de ver en una ciudad de gente hostil, malhumorada y preocupada por cualquier cosa, antes que el trato humano.

Como no iba en plan de rumba, pude encontrar y conocer muchas cosas que no sabía ya estaban en mi, no se trata de talentos innatos, sino de condiciones que yo poseía de tanto ver televisión, ensayar monólogos improvisados y pintar en temperas en casa de la abuela, pero no me acordaba.

Yo Iba sólo conmigo, y por más incorrecta que suena esa frase, fue la verdad. Más allá de sentir a la "Pachamama" le doy gracias a la naturaleza porque me permitió sentirme a mi; descubrir cuál es mi verdadera hazaña y qué es lo que me quita el sueño. De esto último no estoy muy agradecido, ya que necesito más de 8 horas continuas de sueño para operar correctamente, lo que hizo que en 8vo grado me ganara el seudónimo de la "Granny" ("Abuelita") pero eso es otra historia, de igual forma me permitió conocer gente nueva, algo que añoraba. No me gusta considerar a todos como amigos, pero conocer la vida a través de los ojos de gente nueva... de eso se trata todo este asunto.


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